El nacimiento de la literatura

12.11.2015 16:59

    Desde que hubo abuelos hay cuentos y canturreos los hay desde que hubo que invocar a espíritus, como el sueño, el amor y la lluvia. Poco a poco los cuentos se fueron haciendo cada vez más interesantes y largos  fuerza de repetirlos y los canturreos se convirtieron en canciones reconfortantes. Al principio la memoria bastó para retener aquel tesoro. Pero llegó el día en que el poeta al recrear una historia se atascó y que la muchacha que cantaba no pudo saltar de estrofa. Aquellos hechos conmocionaron a la tribu que se dió cuenta de la precariedad de su tesoro. A alguien se le ocurrió hacer dibujos en las paredes de la cueva en la que habitaban, a modo de recordatorio, y durante un tiempo la cosa funcionó bastante bien.

    Pasaron milenios. Ahora la tribu vivía entorno a una torre escalonada por la que subían y bajaban los sacerdotes del dios que había creado a los hombres, según se decía, del barro, como quien hace un botijo. Los sacerdotes usaban dibujos y palotes para llevar la contabilidad de las ovejas, las cabras, los bueyes y los distintos productos que había en los almacenes. Mil años después ya habían encontrado la manera de expresar las ideas que no se ven, como por ejemplo el comer o el hablar. Los reyes ya podían mandar cartas a los otros reyes para concertar tratados o para contar sus hazañas en las paredes de sus tumbas. Durante mucho tiempo, sin embargo, a nadie se le había ocurrido escribir cuentos o poemas porque seguramente a las Musas, las diosas de la memoria, aquello les habría ofendido. Así que por desgracia de vez en cuando un poema se olvidaba para siempre.

    Hace casi tres mil años aproximadamente, o sea, en tiempos de los tatarabuelos de los tatarabuelos de los tatarabuelos, vivió un poeta griego llamado Homero dotado de un talento sin igual. Como era ciego, se ganaba la vida cantando la guerra de Troya de plaza en plaza y de palacio en palacio. Iba acompañado de un aprendiz muy espabilado que aspiraba a aprender su arte. En el puerto de alguna ciudad había aprendido a escribir con letras fenicias. El arte de Homero era tan hermoso que su aprendiz llegó a la conclusión de que era insuperable. ¿Por qué imitar a Homero cuando podían apresarse sus palabras gracias a las letras? Fue así, poco más o menos, como poesía y escritura se juntaron y apareció  la literatura. Este blog celebra su nacimiento.

 

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